domingo, 19 de abril de 2015

Así empezó todo...

En Hassilabied, el pueblo del que siempre os hablamos, brotó el verano pasado una amistad especial, mágica y que sigue viva. No necesitamos ni dos días para saber que algo especial nacía ahí mismo. Nosotras dos no os conocíamos de nada, pero no hizo falta, nos unimos, las cuatro... para empezar algo grande.



Todo comenzó organizando actividades y horarios de voluntariado, siguió con cantar y bailar juntas, con hacer croquetas juntas, sonreír, las señoras qué cerca de nuestra casita de adobe, compartir té, comida, secretos, confesiones... y acabar compartiendo sueños. Todo tan rápido como real. Y aquí seguimos a pie de cañón, aunque a la vasquita me toque estar lejos... somos las cuatro, somos una. Tenemos mucho por delante, y entre tanto, cientos de viajes al Magreb, hasta construir una casa para nosotras... tenemos proyectos, tenemos La Prisa Mata, tenemos ganas de construir, de avanzar y de ser felices, como nosotras sabemos.





Y dicho esto, Sandra, una de las cuatro, nos cuenta algo bonito, algo sincero... 

"Unos meses muy intensos... y es que solo hace nueve meses que compartimos vidas, pero nueve meses llenos de miles de historias, momentos felices, recuerdos, viajes al Magreb, amor por Hassilabied, ese pueblo que nos unió...



Y es que todo empezó allí. Ese día en el que abrí la puerta de casa, descalza como siempre, una noche con muchas estrellsa, el cielo despejado... y ahí estabais vosotras, con una sonrisa de oreja a oreja, como normalmente nos acompaña cuando estamos allíDesde el primer abrazo que nos dimos las cuatro supe que algo bonito surgiría de allí, aunque he de reconocer que jamás pensé que tanto... Desde ese momento hemos compartido el amor que nos une. Porque ellos tienen algo especial, algo que hace que no puedas dejar nunca de volver...


Algo que hace que cada día, en nuestras conversaciones diarias, siempre y digo, siempre, haya un ratito dedicado a ellos... hablo de los bereberechos. Grandes y pequeños, mujeres y hombres, porque desde el niño mas pequeño hasta el/la acaciana más mayor son especiales. Algo que no se puede explicar, si no se siente alguna vez.

Cada vez que vamos sabemos que volvemos peor, que cada vez hay algo más que nos une a ese pueblecito... pero aun así, siempre pensamos en cuando sera la próxima y en si por fin, coincidiremos las cuatro otra vez y dejaremos de ir por turnos... 

Y es que ya se echa de menos subir y bajare las dunas juntas, cantar y bailare sin parar, hacer la croqueta y masticar arena entre las risas de los más pequeños... En resumen, se que esto solo ha sido el principio de lo que está por llegar... inchallah."





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