A mi, personalmente, antes de bajar al desierto me gusta que sea mi lugar de entrada al país. A la hora de partir... es difícil que algún sitio sea de mi agrado para irme, pero puestos a elegir, también me quedo con Marrakech. Supongo que ya es costumbre.
La plaza, los rincones, los gatos... y su gente. Turistas con cámaras asombrados de lo que ven, de la plaza, de los sacamuelas, de los encantadores de serpientes, del olor del zoco... (todos hemos pasado por eso). Los chicos que venden zumo de naranja y gritan sus típicas frases para llamar tu atención. Los desorbitados precios que se atreven a decirte en el zoco, "por si cuela". Las famosas mujeres que te ponen henna. Flipar cuando llevas semanas en el desierto y en Marrakech tu amigo te lleva a un garito de lo más animado. Jugarte la vida para cruzar la carretera, qué como mucho sabréis, no existe eso de el paso de cebra, tú pasas y ya pararán (o morirás en el intento). Ver desde muy pronto cómo sale el sol por la plaza vacía, y como se va llenando, de comida, de gente, de vendedores... Que llegue la noche, y te metas en círculos donde bailan. En fin, siempre sera un sitio especial.
Aquí os dejamos un pequeño vídeo donde se refleja brevemente muy bien qué es Marrakech y como es su gente.
ticono smile
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